La tuberculosis
bovina como infección es importante porque atenta contra la economía del
ganadero, ya que cuando hay animales reactores positivos a tuberculosis, no
podrá comercializar animales para reproducción, de otro lado tendrá problemas
para la movilización del ganado a otras áreas con diversos fines (ferias,
exposiciones), y a la venta de la leche no recibe la bonificación que le
correspondería si fuera un establo libre de tuberculosis bovina.
La gran mayoría de
ganado bovino presenta tuberculosis en la fase infecciosa, pero no la
enfermedad. La primera, es una etapa latente en la que no hay manifestaciones
clínicas, mientras que son animales enfermos cuando presentan problemas
respiratorios u otros signos clínicos característicos, además de ser reactores
a la prueba alérgica y en algunos casos anérgicos (no reaccionan a la
enfermedad, permaneciendo en el hato y constituyendo una fuente constante de
infección).
Es poco común que
se presente la tuberculosis en una fase de enfermedad. Generalmente, animales
con los signos clínicos se encuentran más en la pequeña ganadería donde hay 4 o
5 vacas adquiridas ya infectadas y que con el tiempo han desarrollado la
tuberculosis. En la ganadería organizada, el panorama es distinto, la infección
puede estar presente, pero en este caso el ganadero toma las precauciones
necesarias, realizando varias pruebas de tuberculina para mejorar la crianza de
su ganado y así prevenir o evitar grandes pérdidas.
Etiología
La tuberculosis
bovina es causada por la bacteria Mycobacterium bovis que se caracteriza por
ser una bacteria estática, entonces no tiene mucha habilidad invasiva. El
bacilo tuberculoso de la vaca, del hombre o de cualquier animal, necesita de 4
a 8 semanas para poder desarrollarse.
El inconveniente es que al ser lento su crecimiento, es más difícil localizarlo.
El inconveniente es que al ser lento su crecimiento, es más difícil localizarlo.
Se puede
identificar la bacteria en vacas que son enfermas, haciendo un análisis de las
secreciones tratando de aislar los bacilos.
Epidemiología (Condiciones que favorecen el crecimiento de la bacteria)
Siempre se va a
encontrar más bacterias en la costa que en la sierra o la selva. En la sierra
porque no tiene el ambiente adecuado para que la bacteria se desarrolle (luz
solar, baja humedad relativa, etc.) y en la selva porque sus suelos poseen un
pH ácido, lo cual no es favorable para muchas bacterias. La costa, en cambio,
se caracteriza por tener una humedad relativa bastante alta y la temperatura no
varía tanto, no es extrema. La humedad favorece la supervivencia del bacilo y
el desarrollo de la tuberculosis.
Si se traslada una
vaca enferma de la costa a la sierra probablemente disemine los bacilos, pero
ese proceso es demasiado lento y las condiciones climáticas no favorecerán la
supervivencia de la bacteria.
En comunidades
altoandinas la tuberculosis no es un problema. Hemos realizado algunos
estudios, encontrando casi nula la prevalencia o la casuística es muy baja. En
la costa, lugares como Lurín, Puente Piedra y zonas aledañas donde hay
presencia de pequeñas ganaderías (10 vacas o menos) si tiene presencia de la
bacteria. La leche producida en estas zonas no todo está destinado al
autoconsumo, sino a la venta para el procesamiento de derivados lácteos.
Obviamente, la
leche no va directamente cruda a quien la consume, antes se hierve o pasa por
un proceso de pasteurización cuyo fundamento es alcanzar una temperatura que
mata al bacilo.
Si la vaca contagia
al humano la tuberculosis le produce la enfermedad, mientras que si el humano
contagia a la vaca no va a producirle la enfermedad, solamente la hace sensible
a la prueba de la tuberculina. Esto se debe a que el bacilo del hombre no logra
vivir en perfectas condiciones en la vaca, pero el bacilo de la vaca sí vive
bien en el hombre.
Patogenia
La tuberculosis
bovina forma parte del grupo de enfermedades zoonóticas, atacando especialmente
a vacas, cabras y ovejas. Más resistentes son los caballos y el cerdo que podría
tener la bacteria, pero tendría que estar en convivencia cercana con animales
infectados.
El contagio en
bovinos ocasiona pérdidas de carácter económico para el ganadero, además de
difundir la enfermedad, ya sea por ingestión o manipulación de material
contaminado. De este modo la población humana se ve comprometida por el riesgo
que ello conlleva y es fuente de infección para muchas otras especies
vivientes.
Las fuentes de
infección pueden ser la propia leche, secreciones salivales, secreciones
nasales y el aire respirado, así como las secreciones vaginales, las heces u
orina. El ingreso de la bacteria se da principalmente por vía respiratoria,
pero también por vía oral y cutánea (menos común).
En un establo, un
animal elimina el bacilo y como están permanentemente juntos, eso va minando
toda la resistencia y esencialmente termina infectándolos y en otros casos
hasta enfermándolos, dependiendo de cuán bien o mal alimentado está el animal.
Normalmente, la
bacteria tiene que ser transportada desde la nariz a los pulmones por alguien y
ese es un macrófago tisular que lo va a llevar hasta el pulmón. Y una vez en el
pulmón es un parasito intracelular y ahí empieza a dividirse y generar
lesiones. Obliga inclusive al organismo a generar la propia lesión. Forma nódulos
y cavernas que interfieren con la respiración. Por eso un animal con
tuberculosis va a presentar problemas respiratorios, enflaquecimiento -signo
clínico que es propio de seres que no captan mucho aire.
Consecuentemente su
producción también va a ser baja, porque todo lo que afecta la respiración, la
captación de aire y oxígeno, se traduce siempre en una disminución de peso y
baja producción.
En el caso humano
cuando es vacunado ingresa la bacteria viva al organismo. En esa situación
somos portadores de la infección. En el caso de la vaca este tipo de vacunas le
produce la sensibilización y serían positivas a la prueba de la tuberculina.
En el caso de
terneros, por ejemplo, una vaca que está enferma de tuberculosis a través de la
leche infecta el ternero. Por eso cuando se encuentra ternero reactor, se
sacrifica el animal y se observa presencia de lesiones en hígado, porque éste
es el filtro de todas las sustancias que absorben en el intestino.
Las probabilidades
de transmisión de la enfermedad a las crías durante la gestación son muy bajas,
porque la barrera placentaria no permite a la bacteria pasar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario